En un
mundo que avanza con la tecnología,
el tiempo
se vuelve relativo,
solo se
piensa en vivir el día a día,
olvidando
lo que en verdad es imperativo.
Andamos
siempre a la carrera,
con el
móvil pegado a la mano,
alargando
cada vez más la chateadera,
que
mantenemos con un tal fulano.
Buscando
estar cubiertos por la red
y por tal
de no quedarnos sin señal,
somos
capaces de escalar una pared,
aunque en
el intento nos vaya mal.
Nos
encontramos faceboqueados,
pendientes
de lo que van a twitear,
completamente
instagramados,
para
cuando nos vayan a whatsapear.
Queriendo
ser likineados,
como youtubers
ir viviendo,
viajando
siempre por las nubes,
evitando
ser bloqueados,
para que
nuestras redes vayan creciendo,
queremos
mantenernos conectados.
Nuestra
vista se reduce a un angulo de 5, 7 o “x” pulgadas,
al
pendiente de aquel sonidito
que quizá
o no esperabas
cuando
entra un mensajito.
Siempre a
la caza de novedades tecnológicas,
actualizando
el software y hardware,
olvidamos
funciones lógicas
convirtiéndonos
en si en un malware.
Hasta el
amor se ha digitalizado,
con
mensajes llenos de emojis y otras charadas,
las
palabras dulces en el olvido han quedado,
usamos
memes, hashstags con frases recicladas .
No hacemos
uso de la inspiración,
pero no
por falta de inteligencia,
simplemente
se nos computarizó el corazón,
con la
tecnología y su influencia.
Se habla
del calentamiento global,
porque en
este mundo existimos muchos seres,
pero no
hablan del enfriamiento social,
pues la comunicación
se basa en la redes.
Somos
entes virtualizados,
incapaces
de vivir sin celular,
por el
virus tecnológico hemos sido afectados,
¿o caso lo
puedes tu negar?.
STARLIGHT
Tanto tiempo...
ResponderEliminarHas hecho una buena descripción y conectada lo justo.
Un abrazo para ti y familia.
Gracias mi querida Vero por tu comentario, estuve alejado durante mucho tiempo, espero volver a integrarme al grupo de ustedes mis amigos escritores, saludos desde mi querida Guatemala
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