Viajando por el mismo sendero,
caminando van un viejo y un poeta,
cauto y precavido el primero,
el segundo tiene un poco perdida la chaveta.
Juntos van casi sin hablar,
ha sido largo su camino,
nunca se ponen de acuerdo al actuar,
su afán un diferente destino.
El viejo es muy conservador,
sedentario, arraigado a sus costumbres,
aguerrido, confiado, pero siempre luchador,
lo cual le ha permitido alcanzar nuevas cumbres.
A pesar de su aspecto rustico y un tanto desalineado,
nunca ha sido un gran orador,
repetir los errores del pasado,
siempre serán su mayor temor.
Cuan diferente es el poeta,
siempre anda divagando,
hallando en una flor un planeta,
triste o alegre pero siempre fantaseando.
Es muy sensible y un tanto loco,
sencillo y fácil de engañar,
ser formal le importa poco,
siempre buscando algo que le pueda inspirar.
Raro es verlos trabajar en conjunción,
generalmente cada quien jala su lado,
pero cuando comparten una emoción,
lo hacen por compromiso o por algo inesperado.
Coordinarse es un verdadero dilema,
ambos buscando imponer su opinión,
para uno atender la razón no es un dilema,
y el otro desea seguir lo que dicte el corazón.
Ambos son tan diferentes en verdad,
y a la vez tan complementarios,
los dos lidiando un mundo lleno soledad,
sus miedos sus peores adversarios.
Sin embargo, siempre van unidos,
caminando uno a la par del otro,
podrán caer, pero sin darse por vencidos
buscar la felicidad su mayor quillotro.
Juntos compartiendo un destino,
pero siempre con diferentes tendencias,
lo cual es un regalo divino,
no importando sus actuales circunstancias.
Dos especies en un solo contenedor,
aflorando de forma alternada,
pasajeros de este mundo traidor,
pincelazos de mi historia relatada.
Starlight
