Viendo desde una azotea
las luces de la ciudad,
ingenuamente mis pensamientos revolotean,
alejándome lentamente de la realidad.
Cavilo en sentimientos enajenados
por sensaciones totalmente confundidas,
acumulando anhelos equivocados,
dejando aflorar ideas que se forjaron a escondidas.
Vuelo al cielo de las ilusiones,
donde existe el mar de las esperanzas,
allí donde han naufragado tantas embarcaciones,
el lugar en donde se ahogan muchas añoranzas.
Fluyo junto a su corriente,
dejándome llevar por la marea,
del peligro estoy consciente,
pero la razón hoy tiene correa.
Divago sin rumbo ni dirección,
el viento mi único acompañante,
de brújula tengo el corazón,
el cual no hace uso de mapas ni sextante.
Sigo la ruta de los argazos,
tratando de encontrar puerto seguro,
olvido que existe el monstro de los fracasos,
que se deleita de un amor sincero y puro.
En busca de los favores de una sirena,
la cual con su mirada me ha hechizado,
manteniendo mi alma en pena,
y el entendimiento totalmente idiotizado.
Ninfa que sin querer es coleccionista de corazones,
Nereida capaz de convertirse en un kraken,
sin pedirlo es generadora de tantas pasiones,
logrando con sus actitudes que muchos se equivoquen.
Mi travesía dura tan solo unos momentos,
porque presto se suelta la razón,
aplaca mis turbios pensamientos,
despertando de a golpe mi corazón.
Pues tengo claro que no soy correspondido,
y quizás, quizás las señales he equivocado,
lo cual en ocasiones me ha deprimido,
pero otras veces me ha alegrado.
Sin embargo, esto no puede seguir,
todo debe de cambiar,
la realidad debo afrontar,
admitiendo que esa meta no puedo conseguir.
Concluyo aquí esta aporía,
sin dejar de tener sentimientos encontrados,
el aceptar un error es una mejoría,
pero en la guerra del amor siempre caen muchos soldados.
Starlight