AQUI EN MI SOLEDAD

Largo tiempo ha pasado,
desde mi última inspiración
quiza porque nada me ha cautivado
o llenado de emoción.


Pero esto es facil de entender,
cuando alguien se encuentra comprometido,
pues se varia nuestro proceder
por temor a represalia o castigo.


Pero aún asi existen momentos,
en los cuales desvarian la razón
y se hace caso a ciertos instintos
llenandonos de pensamientos,
obedeciendo una ilución,
llena de sentimientos distintos.


Pero ya sin tantos rodeos,
mejor voy a expresar,
la causa de mis cabildeos,
lo que hoy me ha de inspirar.


Si he de ser claro,
no he de caer en lo absurdo,
por ello lo hare sin reparo,
pero sin ser tan burdo.


Escribo por una mujer,
alta y delgada,
de gran proceder
y por lo que veo apasionada.


Lo hago por esta muchachita
culta y educada
a la cual llamo flaquita
y que posee una dulce mirada.


No he de mencionar su nombre
por merecer todo mi respeto,
pero acepto como hombre
que me ha cautivado por completo.


Mas que por su belleza,
por su sensillez
mi mente ha dejado presa
carente de candidez.


Pongo fin a este tonto poema
rayando en la realidad
de la insertidumbre de un dilema
que nace aqui en mi soledad.


Pongo fin a esta locura
de pensar en la infidelidad
pues mi alma procura
alcanzar la eternidad.


Paro aqui esta loca inspiración,
nacida quiza de un pecado
en la que incurre el corazón,
con algo que nunca ha pasado.